
Quiero escapar, ir tan lejos como sea posible, tirar mi despertador a la basura, ahogar mi celular en un vaso de agua, escapar de todos los papeles, de mis horarios de trabajo y de la hipocresía de la gente que parece acumularse como pesadas toneladas de estiércol alrededor de mi, quiero huir a donde la verdad existe, en donde no existen los prejuicios ni los títulos, quemar el libro de protocolos, en donde cada quien es libre de pasar tiempo consigo mismo sin tener que pedir vacaciones del trabajo, quiero escapar tan pronto como sea posible con una urgencia de vida o muerte, con una necesidad poética de dedicar mi tiempo a reflexionar y a soñar, como debe ser, en la hermosa burbuja de mi inconsciencia, lejos de toda una realidad falsa y epidémica.
Existir solo en espíritu, mezclarme con el aire y vivir entre las hojas de los arboles, estar ahí en cada atardecer y beberme las gotas de lluvia, acercarme a la esencia mas profunda de la existencia de cada ser viviente, quiero ser la persona mas libre, me quiero quedar sin definición, sin etiqueta y sin nombre.
Quiero vivir en los sueños, en los hermosos recuerdos de la gente, en los suspiros de las almas que descansan, quiero dejar de ser una profesión, dejar de ser un trabajo, dejar de ser una dueña de los objetos, dejar de ser una mujer, dejar de ser aquello que ve la gente todos los días.
Una leyenda, un recuerdo, una nada.. Un hermoso e indefinible nada.
Desafortunadamente no hay profesión que me deje hacer eso, aunque un día me dijeron que la profesión mas adecuada para mi era ser guarda bosques.