
Escuchar : http://www.youtube.com/watch?v=xVO7nj49odY&feature=related
Ayer vi la película The Vow, tendrían que saber que soy una fan ridícula de las películas románticas, sobretodo cuando todo termina bien mágicamente.
Maravilloso, por que te hace pensar.
¿Si un día perdieras la memoria? Y no te acordaras de los últimos 5 o 8 años de tu vida, ¿serías lo que creíste que serías?
Uno piensa que hizo lo mejor que pudo, pero que fue lo que te llevo hasta donde estas, ¿que fue aquella cosa que te cambio hasta la espina de tu ser?
Esperemos en el mejor de los casos que todos hemos cambiado, que todos hemos seguido, que todos hemos crecido, lo más maravilloso de este mundo es el cambio, la posibilidad de renacer, de ponerse en duda, de aprender todo de nuevo.
Y en los últimos años yo he cambiado, todo ha cambiado, no tengo nada que ver con lo que me imaginaba que iba a ser y de alguna forma esta bien, esta de hecho muy bien.
Por que las cosas, los momentos que me llevaron a cambiar fueron simples, fueron importantes, se trato de amor y se trato de muerte.
En primer indicio encontré el amor mas grande, el amor mas maravilloso, el amor mas incondicional y magnífico, encontré la felicidad en un compañero magnífico, inteligente, siempre interesante, un compañero que me permitió ser todo lo que quise ser, todo lo que soy sin nunca juzgarme, sin nunca dejarme de amar por lo que soy.
En segundo encontré la muerte, la encontré dos veces y el mismo año, una cuando me robó a uno de mis mejores amigos, una de las personas más idealistas y románticas que he conocido que aún tenía el cinismo, que aun tenía la poesía de siempre estar perdido.
Y el día que se fué, me sentí perdida y estúpida, por el tiempo que me faltó con él, por los cafés que no nos tomamos, por lo ridículo que era el seguir pensando que tendría siempre tiempo algún día en el futuro.
Y la muerte de uno de mis profesores, mi asesor de tesis, este hombre ocupado, doctor, todos sus estudios, todos sus diplomas, sus artículos publicados, el reconocimiento nacional, el éxito profesional, el enorme ego, el que hablaba de el y sus maravillas ante los mortales, insoportable.
Y el que un día me dijo algo que me cambió para siempre: Nunca tengo tiempo, la gente me reclama por que no la veo, no se dan cuenta que estoy siempre ocupado.
Pocos meses después murió, el inmortal, el ego murió, el enorme psicoanalista, se fue de este mundo de una forma desgarradora, estúpida y rápida. El y todo su ego, todos sus reconocimientos y la primera cosa que dije cuando lo supe fue: Que desgracia, como hecho a perder su tiempo.
Ahí decidí dejar de matarme para conseguir todo el éxito del mundo, fue ahí cuando me di cuenta que el prestigio, que el dinero, que la fama, que el poder no me iban a servir de nada.
Y decidí dedicarme a amar. Ahora me tomó muchos años pasar de mi decisión al acto, se necesita mucha madurez y fuerza para hacerlo y creo hasta hoy en día sigo intentando, algún día lograre decir que hice mi decisión al pie de la letra.
¿A que me refiero con amar? Es sencillo, a amar los momentos, a amar la vida, sus oportunidades, sus sonrisas y sus tristezas, a amar a la gente hermosa que me rodea, a amar el sol, las plantas, los animales, a amar estar viva, a amar lo que hago, amar mi trabajo, amar mi presente y amar mis sueños de futuro, a dedicarle tiempo a las sonrisas, a las tonterías, a las cosas simples, a disfrutar mi flojera, mi trabajo y mi cansancio.
A amar la vida, a amar a Seb, por lo menos lo suficiente para que si un día pierdo la memoria o me muero de repente pueda estar segura que no eche a perder mi tiempo, que fui feliz, que me enamore cada vez que pude, que soñe como una niña toda mi vida, que me reí como nunca y que me puedo ir en paz.
Marlin
No hay comentarios:
Publicar un comentario